¿Sabías que no eres capaz de realizar multitareas?

Sabías que
¿Sabías que no eres capaz de realizar multitareas?

La multitarea no existe. Es falso que nuestro cerebro sea capaz de hacer dos cosas a la vez. A pesar de que muchas veces nos creemos capacitados para realizar dos tareas a la vez con resultados perfectos, la verdad es otra

La multitarea no existe. Es falso que nuestro cerebro sea capaz de hacer dos cosas a la vez. A pesar de que muchas veces nos creemos capacitados para realizar dos tareas a la vez con resultados perfectos, la verdad es otra. Y cuando una falta de atención en cualquiera de esas dos tareas puede suponer un peligro, la tragedia nos acecha muy de cerca sin que a veces seamos ni conscientes de ello.

Cuando realizamos dos tareas a la vez el cerebro lo que hace es saltar sin parar de una a otra, como cuando te llaman por teléfono y, a la vez estás leyendo algo: a veces estás escuchando y hablando, y otras veces estás atendiendo al texto. ¿Qué ocurre? Pues que cuando el cerebro está realizando una tarea, desatiende la otra y en realidad no te enteras bien de lo que estás hablando, ni leyendo. Además, el cerebro termina agotado y se ven afectadas el resto de tus habilidades habituales.

Y es que, hasta el teléfono móvil, muchas veces nos resta destrezas. Si está ahí, a tu alcance, puede que no suene, pero solo su presencia te está restando capacidades cognitivas como la percepción, el razonamiento, la memoria, la atención, la comprensión y/o la solución de problemas. Así lo demuestra un reciente estudio publicado por la Universidad de Chicago, realizado por cuatro científicos, Adrian F. Ward, Kristen Duke, Ayelet Gneezy y Maarten W. Bos. Los investigadores llevaron a cabo dos experimentos que demostraron que la simple presencia de este aparato resta capacidades incluso a aquellas personas que evitan tocarlo y parecen lograr mantener su atención.

En la primera fase del estudio se hizo una prueba psicológica de memoria y atención a 500 estudiantes. En el primero, a algunos se les pidió que pusiesen el móvil, en silencio y sin vibración, en el pupitre o en su mochila. A otros se les pidió que dejasen sus posesiones, móviles incluidos, fuera de la sala.

En la segunda fase, los estudiantes podían tener el teléfono en el mismo sitio que en el primer examen, pero a algunos se les pidió que los apagasen. En ambas fases, los resultados fueron mejores en aquellos casos en lo que el móvil se quedó fuera de la sala.

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