Fichas de Datos de Seguridad – Industria Química

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Fichas de Datos de Seguridad – Industria Química

En la industria nos encantaría que el ácido clorhídrico no fuera corrosivo o que el gas natural no fuera inflamable. Sería estupendo que las propiedades de los productos químicos se pudieran activar y desactivar.

En la industria nos encantaría que el ácido clorhídrico no fuera corrosivo o que el gas natural no fuera inflamable. Sería estupendo que las propiedades de los productos químicos se pudieran activar y desactivar. Que el gas natural se volviera combustible justo en el momento de entrar en el quemador del horno o que el ácido solamente pudiera corroer el metal, nunca la piel humana. Desde luego, la prevención sería mucho más sencilla.

No sé si la tecnología nos permitirá llegar a eso algún día, no lo descarto, pero, hoy por hoy, no es posible. En muchas ocasiones son las características propias de un producto químico, aquellas que lo hacen útil, las que provocan que sea intrínsecamente peligroso y que su transporte, almacenamiento, utilización y su desecho como residuo impliquen riesgos.

La propia toxicidad de un producto, en este caso, quizás con más propiedad, de una sustancia, es la que le aporta valor. Es la capacidad de combinarse con otras sustancias y moléculas lo que hace útil a muchas sustancias y, dado que nosotros mismos, los seres humanos, somos pura química, el riesgo está en que esa combinación se produzca con nuestra propia química.

En materia de preparados, una pintura, un detergente… en la Industria Química trabajamos de manera constante en reducir la peligrosidad de los productos. Por compromiso con la seguridad, la nuestra propia y la de nuestros clientes, pero también por una evidente razón comercial: si nuestro departamento de I+D+i desarrolla una fórmula que cumple de manera óptima su función cuando el cliente la aplique, pero eliminando su toxicidad, por ejemplo, tendrá una mayor demanda y será una potente ventaja competitiva. En los sectores de productos químicos para la industria se compite de manera constante en este aspecto concreto.

Por ahora, hasta que podamos “apagar” y “encender” las características de peligrosidad de los productos químicos, no nos queda más remedio que gestionarlos, desde el principio, con visión de prevención de riesgos.

Para ello, desde el diseño mismo de instalaciones y procesos de trabajo, contamos con una herramienta básica que deberíamos conocer a la perfección: la Ficha de Datos de Seguridad de los productos.

Aunque la industria ya llevaba muchos años emitiendo este tipo de documentos, que condensan toda la información necesaria para gestionar y utilizar los productos con algún peligro intrínseco (fisicoquímico, para la salud o para el medio ambiente) de forma segura, la legislación europea determinó la obligación taxativa de entregar dicho documento a los clientes profesionales, con un formato muy concreto estructurado y que será la base de la gestión preventiva y ambiental de éstos.

La norma europea es estricta: es obligatorio entregar la FDS a los clientes con la primera adquisición del producto y, después, cada vez que se haga algún cambio en la misma.

La información contenida en la ficha se organiza en 16 apartados fijos, cuyo orden y contenido no se puede modificar, de modo que la persona que la lea esté familiarizada con la estructura y sepa de inmediato dónde localizar el dato concreto que pueda necesitar:

  1. Identificación de la sustancia o preparado y de la sociedad o empresa.
  2. Identificación de los peligros.
  3. Composición/información sobre componentes.
  4. Primeros auxilios.
  5. Medidas de lucha contra incendios.
  6. Medidas en caso de vertido accidental.
  7. Manipulación y almacenamiento.
  8. Controles de exposición/ protección personal.
  9. Propiedades físicas y químicas.
  10. Estabilidad y reactividad.
  11. Información toxicológica.
  12. Información ecológica.
  13. Consideraciones relativas a la eliminación.
  14. Información relativa al transporte.
  15. Información reglamentaria.
  16. Otra información.

Las FDS deben estar a disposición de los trabajadores y, por supuesto, de los Delegados de Prevención, pero, dada su extensión y que abarca muchos más aspectos que la mera prevención, lo más recomendable es realizar un extracto, con los datos esenciales para la prevención y que ese documento, ese resumen, esté siempre presente en el puesto de trabajo.

Luis Blanco Urgoiti, Secretario General de AVEQ-KIMIKA.

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