Etiquetas para envases de fábrica y de obra

Segurmanía
Etiquetas para envases de fábrica y de obra

En demasiadas ocasiones, desde mi modesto punto de vista, los técnicos y responsables de seguridad de las empresas, a modo de respuesta, reciben una pregunta similar a esta: “¿Y eso dónde lo pone?”.

En demasiadas ocasiones, desde mi modesto punto de vista, los técnicos y responsables de seguridad de las empresas, a modo de respuesta, reciben una pregunta similar a esta: “¿Y eso dónde lo pone?”.

El técnico en prevención trata de explicar a alguien una medida preventiva que es necesario tomar y su interlocutor, usualmente alguien más veterano y mucho más descreído, se resiste al cambio.

Es entonces cuando nos llaman a nosotros para que les digamos dónde, en qué lugar de la profunda jungla normativa, “lo pone”.

Casi, con un ejemplo, se entenderá mejor:

En una ocasión, durante la pertinente visita a planta durante una auditoría normativa a una fábrica, al pasar por el taller de mantenimiento eléctrico, encima de uno de los bancos de trabajo, vimos una botella de plástico transparente que todavía mantenía las etiquetas de una conocida marca de agua mineral. Sin embargo, el líquido transparente que contenía, por el modo en el que la luz lo atravesaba, no parecía agua.

Al abrir la botella, y oler el contenido, ya no quedaron dudas. Para mayor comodidad, alguien había trasegado desde la garrafa grande del taller y la botella estaba llena de alcohol isopropílico.

Cuando la técnica de prevención que me acompañaba se dirigió al encargado del taller y le dijo que eso no se podía hacer, el encargado le respondió con mala cara: “¿Y eso dónde lo pone?”…. y ella le respondió, “¿de verdad que tiene que ponerlo en algún sitio?”.

Y es que el riesgo es más que evidente: alguien con sed y mucha prisa que pase por allí.

Si el personal de mantenimiento requiere de envases más pequeños de productos químicos peligrosos para trabajar, algo que en el caso que les cuento resultaba evidente, lo ideal es que se cuente con material adecuado para realizar trasiegos y envases reutilizables correctamente etiquetados de forma que se cumpla el objetivo esencial del etiquetado de productos peligrosos: que el usuario, al ir a utilizarlo, sea previamente consciente de lo que tiene entre manos.

En el caso del isopropílico, una llama y una admiración deberían bastar.

Aún así, habrá ocasiones y personas con las que esa disposición de material no bastará…. “Es que la botella que estaba usando está ya muy vieja… pero por no perder el tiempo yendo al almacén a buscar una nueva…”, el trabajo de concienciación, de conseguir que la gente piense antes de hacer, nunca termina.

Pero, nos quedamos en aquello de “¿Y eso dónde lo pone?”…

Pues sí, hay un sitio donde lo pone. Y, en este caso, como en muchos otros, la normativa viene a apoyar, y, en cierto modo encorsetar, a los técnicos de prevención porque, poder responder “aquí lo pone”, porque una norma lo ponga, implica que la norma manda cómo ponerlo.

En este caso concreto, el Real Decreto 485/1997, de 14 de abril, sobre disposiciones mínimas en materia de señalización de seguridad y salud en el trabajo, establece en su anexo VII, que, tanto los grandes depósitos fijos de almacenamiento, como los envases manuales, deberán estar marcados con los pictogramas aplicables a la sustancia peligrosa contenida según el Reglamento Europeo de Clasificación y Etiquetado (Reglamento (CE) Nº 1272/2008), el Reglamento CLP, o los iconos del Anexo III del propio Real Decreto.

Es bien cierto que el Real Decreto prevé que podrán exceptuar los recipientes utilizados durante corto tiempo y aquellos cuyo contenido cambie a menudo, siempre que se tomen medidas alternativas adecuadas, en particular de información y formación, que garanticen un nivel de protección equivalente, pero, qué quieren que les diga, yo recomiendo hacer las tres cosas: formar, informar y marcar todos los recipientes.

Es decir, esas botellas manuales que podrán utilizarse en el taller deberán llevar, o bien cuadrados apoyados sobre el vértice con el marco rojo, el fondo blanco y el pictograma negro, con la llama y la admiración, o bien, con esos mismos símbolos, unos con forma triangular, con el borde negro, el fondo amarillo y el pictograma negro.

¿Servirían los antiguos pictogramas cuadrados naranjas de etiquetado o los equivalentes de ADR?… pues, desde el punto de vista preventivo, parece obvio que sí, pero, como “lo pone en algún sitio”… pues, no, no servirían.

 

(Nótese que en ADR no hay etiqueta equivalente a la admiración. Las mercancías pasan de “calavera” (clase 6) a nada…. de hecho, el alcohol isopropílico, o isopropanol, se transporta únicamente como Clase 3 “Líquido Inflamable”… pero, eso es otra historia).

 

Luis Blanco Urgoiti – Secretario General de Seguridad AVEQ-KIMIKA

 

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