Menos papeles, más prevención

Segurmanía
Menos papeles, más prevención

Cuando se trata de contratas, los papeles, acumular muchos papales, parece que nos da seguridad. Y no se trata de eso.

Cuando se trata de contratas, los papeles, acumular muchos papales, parece que nos da seguridad. Y no se trata de eso.

Hace ya mucho tiempo que la industria se dio cuanta de que las cifras de frecuencia y gravedad de los accidentes en trabajadores de otras empresas que acuden a sus instalaciones eran mejorables. Y la evidencia de que eran mejorables es que, cuando se trataba de trabajadores propios, las cifras eran sensiblemente mejores.

Del análisis de esta debilidad de gestión, las empresas dedujeron que, dado que las instalaciones eran las mismas y los equipos de protección idénticos, había que actuar en la información y la formación que recibían los trabajadores de las contratas.

Mejoraron sus procesos de coordinación, que siempre comenzaban con un intercambio de información importante entre empresas principales y contratistas, que, obviamente tenía que realizarse, o bien mediante reuniones orales (de las que era necesario dejar un acta escrita), o bien mediante el intercambio de documentos… de papeles.

En muchas ocasiones, los propios profesionales de seguridad impusieron la celebración de charlas o sesiones de formación en los procesos de acogida de los trabajadores de las contratas. Una pesada carga de trabajo, en tiempo y dedicación, pero que ha resultado muy efectiva allí donde se ha implantado.

Pero, antes de nada, hay que informarse mutuamente de los riesgos, adecuar específicamente las evaluaciones a los trabajos que van a realizarse, adaptando equipos e instrucciones a las características de cada instalación. Es era el objetivo esencial de todos los procesos.

Así, por ejemplo, para realizar la reparación de la cubierta de la nave del almacén, es mucho más seguro y eficiente contratar a una empresa especialista, con trabajadores formados y entrenados, acostumbrados a trabajar en esas situaciones. Pero, claro, además de lo evidente, dónde están las líneas de vida para enganchar las cuerdas y los arneses, es importante que los técnicos de prevención de las contratas y de la empresa receptora se informen mutuamente de los materiales y zonas de riesgo o de qué actividades pueden ser incompatibles.

Imaginemos, por ejemplo, que para reparar la cubierta tienen que realizar una soldadura y, justo debajo, se realizan trabajos que pueden generar evaporación de disolventes inflamables.

En una situación similar a esa, es imprescindible que alguien con autoridad en la empresa receptora de las contratas para detener un trabajo, sea informado de que va a ser necesario soldar y tomar las medidas oportunas. Una decisión de tanta importancia no puede quedar al “oye, por cierto, que vamos a tener que…” y debe ser objeto de una sistemática perfectamente organizada. Debe ser evaluada previamente y debe utilizarse la sistemática de “permisos de trabajo en caliente”. Siempre.

Como suele suceder en materia de prevención, cuando muchas empresas ya tenían avanzados sistemas de gestión en la materia, la normativa legal trató de extender esas buenas prácticas operativas de las empresas más avanzadas a todas las empresas, convirtiéndolas en obligatorias y, por lo tanto, sancionando su ausencia. Y el foco cambio, ya no es cuestión de mejorar, ahora se trata de no sufrir consecuencias legales.

La normativa especifica que ese intercambio deberá hacerse por escrito, cuando los “riesgos sean graves” y es a partir de esa frase y de las consecuencias legales que puede tener la falta del correspondiente papel, y de otras normas que se aprovechan de esa necesidad, que se inicia una dinámica que podríamos llamar “vorágine documental”, que absorbe un montón de tiempo y dinero, y que resta recursos al auténtico trabajo preventivo.

Y es que, en lugar de poder dedicar tiempo a dar cursos de formación a los trabajadores de las contratas, los profesionales de la prevención tienen que dedicarlo a comprobar si el certificado de estar al corriente de pagos con Hacienda es válido, antes de dar el visto bueno a la entrada de una nueva contrata en las instalaciones.

En los últimos años, se han desarrollando aplicaciones informáticas, basadas en la web, cada vez más avanzadas, que vienen a facilitar esta labor. Sin embargo, para que estas herramientas sean realmente efectivas, es necesario hacer un trabajo previo destinado a procedimientar el proceso y, sobre todo, a analizar, uno por uno los documentos que se intercambian, descartando aquellos que no sean estrictamente necesarios, bien sea por exigencia legal, porque de su ausencia pueden derivarse responsabilidades o bien, porque suponen una mejora efectiva de la seguridad.

¿Algún ejemplo bastante habitual?… ¿han pedido o les han pedido alguna vez resguardo bancario del pago del Servicio de Prevención Ajeno?… no sirve para nada práctico en la mejora de la seguridad, por supuesto, no hay ninguna norma que diga que las empresa principal o titular deba comprobar esa cuestión y, obvia decir que, el hecho de que una de nuestras contratas no este al día en los pagos a su SPA, no genera responsabilidades para las empresas receptoras… ¿para qué lo pedimos o para qué nos los piden?… pues eso.

 

Luis Blanco Urgoiti, Secretario General de AVEQ-KIMIKA.

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