Teoría de las ventanas rotas. ¡Repara la ventana cuanto antes!

Vidas seguras
Teoría de las ventanas rotas. ¡Repara la ventana cuanto antes!

¿Conocéis la teoría de las ventanas rotas? Se trata de una teoría sobre el contagio de conductas poco cívicas entre la sociedad.

¿Conocéis la teoría de las ventanas rotas? Se trata de una teoría sobre el contagio de conductas poco cívicas entre la sociedad. Su origen proviene de un experimento que realizó un psicólogo de la Universidad de Standford, Philip Zimbardo, en el año 1969 que consistía en abandonar un coche en el Bronx, barrio conflictivo de Nueva York. Lo dejó con las placas de la matrícula arrancadas y con las puertas abiertas. ¿Qué ocurrió? Apenas tardaron en robar lo que había en su interior, y finalmente lo destrozaron.

Zimbardo continuó con su experimento, y abandonó otro coche en condiciones similares en un barrio rico de California. Tras varios días el coche seguía intacto, por lo que al comprobar que seguía sin desperfectos, el psicólogo rompió varias partes de la carrocería y en unas horas consiguió el efecto esperado: lo destrozaron como en el barrio del Bronx.

Este experimento dio lugar a la Teoría de las Ventanas Rotas, realizada por James Q. Wilson y George L. Kelling: si en un edificio aparece una ventana rota y no se arregla rápido, finalmente las demás ventanas terminarán destrozadas. La lectura que deja la ventana rota es “aquí no hay nadie que cuide esto”.

Este hecho se extrapola a otros ámbitos de la vida diaria y, entre ellos, a nuestra seguridad. En un puesto de trabajo, por ejemplo, se sabe que debe primar la seguridad. Por ello, se deberá tener en cuenta que, si por algún motivo alguna conducta no se hace correctamente por dejadez, tendrá consecuencias. Por ejemplo, un trabajador que realiza tareas en andamios o en tejados y no comprueba ni revisa bien los dispositivos de seguridad por dejadez o exceso de confianza; o un trabajador que habitualmente hace mal uso de los Equipos de Protección Individual (EPIS), pero como nunca ha tenido un contratiempo, sigue utilizándolos incorrectamente. Los recursos materiales no sirven de absolutamente nada si los trabajadores por costumbre dejan a un lado la prevención.

Y no queda ahí todo, cuando uno comienza a desobedecer las normas (sea en la calle, en casa o en la empresa), todos se contagian de las malas actuaciones, y tienden a hacer aquello que ven (aunque esté mal). “¡Total nunca pasa nada! o “Siempre se ha hecho así y no ha pasado nada”, dicen… En estos casos, lo que hay que hacer es reparar la ventana cuanto antes para evitar grandes males. En definitiva, es aconsejable seguir una regla muy útil del filósofo Kant: “actúa siempre de modo que tu conducta pueda ser considerada una regla universal”.

Suscríbete a la newsletter