Anclarse con seguridad en los trabajos en altura – Cabos de Anclaje y sus tipos
Lecciones de seguridad
En los trabajos en altura, las caídas desde escaleras, tejados, andamios o estructuras elevadas… siguen siendo una de las principales causas de accidentes graves en la actividad laboral. La prevención y la seguridad en estos entornos laborales es vital, y para ello se requiere un enfoque integral basado en formación y planificación. Dentro de la formación es imprescindible conocer el uso correcto de los sistemas de protección contra caídas, diferenciar sus partes y estar debidamente informados sobre sus características y funciones.
En los trabajos en altura, las caídas desde escaleras, tejados, andamios o estructuras elevadas… siguen siendo una de las principales causas de accidentes graves en la actividad laboral. La prevención y la seguridad en estos entornos laborales es vital, y para ello se requiere un enfoque integral basado en formación y planificación. Dentro de la formación es imprescindible conocer el uso correcto de los sistemas de protección contra caídas, diferenciar sus partes y estar debidamente informados sobre sus características y funciones.
Dentro de los sistemas anticaídas personales, los cabos de anclaje son una pieza clave. Los dispositivos anticaídas están diseñados para detener una caída en caso de que ocurra, y minimizar el daño a la persona trabajadora. Pero de nada sirve tener un arnés de última generación si no está bien conectado a un punto seguro. Aquí es donde entran en juego los cabos de anclaje, que actúan como nexo entre el arnés y el punto de anclaje, o la línea de vida o una estructura adecuada.
El cabo de anclaje, conforme a la norma EN 354, es un elemento esencial del sistema de protección individual. Puede estar hecho de cuerda o cinta, y puede presentarse en versiones simples, dobles o regulables. Su resistencia mínima recomendada es de 15 kN y siempre deben usarse con conectores adecuados. Todos los cabos deben contar con marcado CE, ya que se consideran Equipos de Protección Individual (EPI).
Los principales tipos de cabos de anclaje son:
- Cabo de anclaje estándar (EN 354). Puede ser de cuerda o cinta, simple o doble. Estos cabos pueden utilizarse también como limitadores de desplazamiento, ayudando a que el trabajador no acceda a zonas peligrosas. Resistencia mínima recomendada: 15 kN.
- Cabo de anclaje con absorbedor de energía (EN 355). Incorpora un sistema que, en caso de caída, absorbe parte de la fuerza generada para reducir el impacto sobre el cuerpo. El absorbedor actúa mediante el desgarro controlado de una cinta a partir de cierta tensión (aprox. 4,5 kN). El mecanismo se basa en una cinta especialmente cosida que, al alcanzar una tensión determinada —habitualmente en torno a 4,5 kN—, comienza a desgarrarse de forma controlada. Este proceso permite disipar progresivamente la energía generada por la caída, reduciendo así el impacto sobre el cuerpo de la persona. Una vez que el absorbedor se ha desplegado por completo, el conjunto alcanza una resistencia final de hasta 22 kN. Ideal cuando el punto de anclaje está por debajo del nivel de la cabeza. También disponible en versiones simples, dobles o regulables.
- Cabo de posicionamiento ajustable (EN 358). Permite al trabajador mantenerse en una posición estable mientras realiza tareas concretas. Se usa especialmente en trabajos en semi-suspensión, liberando las manos para el manejo de herramientas. No está diseñado para detener caídas, por lo que debe combinarse con sistemas anticaída cuando exista ese riesgo.
Hoy en día, el desarrollo técnico y la innovación han dado lugar a equipos más ligeros, seguros y adaptables, pensados para adaptarse a casi cualquier necesidad. Conocer bien sus características y elegir el correcto para cada situación puede marcar la diferencia entre un trabajo seguro y un accidente grave. Conocerlos, revisarlos y usarlos correctamente no es solo una cuestión técnica y legal, sino que es una inversión directa en la vida y la integridad de quienes trabajan en altura.