Trabajar al sol, exposición a rayos ultravioleta. Estrategias de prevención y mejora de la salud
Lecciones de seguridad
Aunque el verano va, poco a poco, acabando y el sol parezca perder intensidad, todavía nos quedan jornadas de radiación solar fuerte por delante. En muchas ocasiones, septiembre, octubre e incluso noviembre con su tradicional “veranillo de San Martín”, pueden ofrecernos días que sean más soleados y calurosos incluso que en pleno agosto. Por ello, no podemos bajar la guardia, ya que la exposición a los rayos ultravioleta (RUV) sigue siendo un riesgo real para la salud de quienes trabajan al aire libre.
Aunque el verano va, poco a poco, acabando y el sol parezca perder intensidad, todavía nos quedan jornadas de radiación solar fuerte por delante. En muchas ocasiones, septiembre, octubre e incluso noviembre con su tradicional “veranillo de San Martín”, pueden ofrecernos días que sean más soleados y calurosos incluso que en pleno agosto. Por ello, no podemos bajar la guardia, ya que la exposición a los rayos ultravioleta (RUV) sigue siendo un riesgo real para la salud de quienes trabajan al aire libre.
La radiación ultravioleta (RUV) representa un riesgo significativo para la salud de las personas trabajadoras que pasan largas horas al aire libre. Con el objetivo de reducir los daños asociados a esta exposición, es fundamental implementar estrategias de prevención eficaces que protejan a las personas trabajadoras y promuevan su bienestar.
La exposición a la RUV solar puede provocar diversas patologías, desde quemaduras solares hasta cáncer de piel y lesiones oculares. Según la Organización Internacional del Trabajo, la necesidad de abordar estos riesgos es urgente, ya que se estima que más de 22 millones de trabajadores sufren daños relacionados con el trabajo bajo condiciones de calor excesivo y radiación solar. Ante esta realidad, se requieren medidas concretas para mitigar estos efectos adversos.
Una de las primeras estrategias de prevención es fomentar una cultura de fotoprotección entre las personas trabajadoras. Esto implica no solo la implementación de medidas de protección colectiva, como la creación de zonas de sombra y la organización de horarios laborales que eviten las horas de máxima radiación, sino también la promoción de prácticas de protección individual.
Es esencial que las personas trabajadoras utilicen ropa adecuada que cubra la piel y que se apliquen protectores solares de manera regular y correcta. La educación sobre el uso adecuado de estos productos es crucial. Las cremas deben resultar accesibles, resistentes al agua y ser de fácil aplicación para garantizar su eficacia.
Además, es fundamental fortalecer la percepción de apoyo en el entorno laboral. Las personas trabajadoras que sienten que sus compañeros y compañeras, así como sus supervisores/as valoran la importancia de la protección solar están más motivadas a adoptar comportamientos seguros. Para ello, es recomendable implementar programas de sensibilización que informen sobre los riesgos asociados a la exposición solar y promuevan el uso de protectores solares y ropa adecuada. Estas campañas deben destacar los beneficios de la fotoprotección, como la mejora de la salud a largo plazo y la prevención de enfermedades graves.
La capacitación también juega un papel vital en la prevención. Es importante que los profesionales de la salud que trabajan con sectores expuestos a la RUV reciban formación específica sobre los riesgos de la exposición solar. Esto les permitirá identificar y notificar adecuadamente los casos de patologías relacionadas con la radiación solar, promoviendo un enfoque proactivo en la detección temprana de enfermedades. La vigilancia de la salud debe ser una prioridad. Se sugiere combinar exámenes dermatológicos regulares con técnicas de autoexamen para facilitar la detección temprana de lesiones cutáneas.
La integración del Índice Ultravioleta (UVI) en la gestión de riesgos laborales es una recomendación clave. Este índice proporciona información valiosa sobre los niveles de radiación solar en tiempo real, permitiendo a las personas trabajadoras y a sus empleadores/as tomar decisiones informadas sobre la exposición al sol.
La protección de la salud de las personas trabajadoras que realizan sus actividades laborales bajo el sol es esencial. A través de la implementación de estrategias de prevención adecuadas, la concienciación, la formación y el apoyo en el entorno laboral, es posible reducir notablemente los riesgos asociados a la exposición a los rayos ultravioleta.
La colaboración entre instituciones, empresas y personas trabajadoras es fundamental para crear un ambiente laboral más seguro y saludable que ayude a combatir la exposición a los rayos ultravioleta a la que algunos sectores laborales, como la construcción, la agricultura, el mantenimiento y la limpieza urbana y de playas, la jardinería, los socorristas…, están sobreexpuestos.
La temporada estival va tocando a su fin, pero los riesgos derivados de la radiación solar no desaparecen con ella. Los meses que vienen pueden regalarnos aún días soleados en los que la fotoprotección sigue siendo indispensable. ¡No olvides protegerte!