Peligro, esto se apaña en un momento
Segurmanía
“Las prisas. Siempre las malditas prisas.”… es un lamento que hemos oído muchas veces, hablando de accidentes en labores de mantenimiento. La urgencia, la prisa, es consustancial al trabajo de mantenimiento. El recurso más escaso de una fábrica es su tiempo de trabajo y cada minuto perdido en producción vale un dineral. El personal de mantenimiento, siempre con el ojo puesto en su móvil, ha sido aleccionado en esa urgencia y es habitual que tenga que salir corriendo de cualquier reunión de auditoría… sus llamadas no pueden esperar.
“Las prisas. Siempre las malditas prisas.”… es un lamento que hemos oído muchas veces, hablando de accidentes en labores de mantenimiento.
La urgencia, la prisa, es consustancial al trabajo de mantenimiento. El recurso más escaso de una fábrica es su tiempo de trabajo y cada minuto perdido en producción vale un dineral.
El personal de mantenimiento, siempre con el ojo puesto en su móvil, ha sido aleccionado en esa urgencia y es habitual que tenga que salir corriendo de cualquier reunión de auditoría… sus llamadas no pueden esperar.
Pero, al igual que sucede en el tráfico viario, hay una relación directa entre la velocidad y el riesgo. Hay estudios de seguridad vial que concluyen que reducir la velocidad un 1% reduce los accidentes con lesiones en un 2%, los accidentes con lesiones graves en un 3% y los accidentes mortales en un 4%… proporciones parecidas podemos intuir en los trabajos en fábrica.
Pero, más allá de la urgencia propia de toda labor de mantenimiento no programada, es esencial que esos trabajos sigan todas sus pautas de preparación. En eso, no puede haber prisas.
Allá por principios de 2021, me compré una bicicleta eléctrica para hacer mi trayecto diario entre Algorta y Bilbao.
Desde entonces he hecho unos 3.000 kilómetros al año en la bici, que no es tanto como podría llegar a ser, porque, todo hay que decirlo, no hago el trayecto si llueve, si tengo que llevar corbata, o si voy a volver muy tarde, o si…. pero son kilómetros muy buenos para la Sostenibilidad y para mi salud.
Soy estricto en el correcto mantenimiento de la máquina. He contratado un seguro. Utilizo casco, guantes y una chamarra de tejido resistente. No me salto ni un semáforo. No adelanto por la derecha, ni zigzagueo en el tráfico. Salgo con tiempo de casa y nunca voy con prisas.
Nunca he tenido el menor percance.
Una tarde de un viernes de diciembre de 2022, se había puesto a llover a cántaros. Andábamos en casa con prisas porque nos íbamos de fin de semana. Esa mañana, había dejado la bicicleta en el garaje comunitario, en un lugar en el que, en teoría, no se debe dejar mucho tiempo.
- Mientras termináis de cerrar la maleta, bajo un momento al garaje a guardar la bici.
- Date prisa que hemos quedado a y media…
- Sí, sí, no te preocupes, que lo apaño en un momento.
Se me ocurrió, aunque en realidad no lo pensé en ningún momento, que para hacerlo rápido, era buena idea mover la bici los 20 metros de trayecto dentro del garaje, con el suelo mojado, montado en ella… El resultado ya se lo imaginarán: Rotura de clavícula. Dos operaciones y una larga, y en ocasiones bastante dolorosa, rehabilitación.
Hice exactamente lo que le pedimos a la gente de fábrica, especialmente a las personas que se aseguran de que todo funcione, el personal de mantenimiento, que no haga en el trabajo: no pensé antes de hacer.
Pero, para ser eficaces en esa petición de “pensar antes de hacer”, es responsabilidad de las propias empresas dar cobertura de mantenimiento suficiente y adecuada siempre que sea necesario. Por supuesto, en todos los turnos en los que producción esté en marcha, pero también para asegurar que las puestas en marcha (diarias, semanales… o anuales, tanto da), se hagan con tiempo y todo preparado para seguir, paso por paso, todos los protocolos.
Nuestra organización no puede poner a ninguno de nuestros compañeros en la tesitura de decir: “Esto se apaña en un momento”, vestido “de calle” y con la cabeza ya de fin de semana, porque esa frase, esa situación, esa diligencia mal entendida, es la antesala de una situación de riesgo, seguro y quizás de un probable accidente.
Luis Blanco Urgoiti
Secretario General de AVEQ-KIMIKA