Dormir, otra medida de autoprotección

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Dormir, otra medida de autoprotección

No respetar el tiempo de sueño, además de consecuencias para la salud, causa la pérdida de habilidades en el puesto de trabajo.

No por sabido deja de ser necesario repetirlo: el ser humano necesita una media de ocho horas diarias de sueño. Por desgracia, muchos olvidan esta máxima y sacrifican horas de sueño y descanso para realizar tareas domésticas, familiares, de trabajo o, incluso, de ocio. Olvidan que el cuerpo necesita ser reiniciado cada noche y que la mente, aunque a veces no se nota tanto como el cansancio físico, necesita de esa desconexión nocturna para afrontar el nuevo día en condiciones.

Hay incluso una leyenda urbana que apunta a que las personas de más éxito solo duermen cuatro horas. La afirmación no solo no es cierta, sino que ponerla en práctica con afán imitador puede ser peligrosa.  Basta decir que una de las personas que la postula es Donald Trump.

No se trata de negar que hay personas de ‘sueño corto’ sino de afirmar que el 95% necesitan las ocho horas. No respetar el tiempo de sueño, además de consecuencias para la salud, causa la pérdida de habilidades en el puesto de trabajo. El sueño supone una especie de barrido de memoria que permite dejar espacio libre para adquirir más información. No respetarlo implica, por tanto, aumentar las posibilidades de que los nuevos conceptos que se presenten no tengan dónde asentarse. Por si fuera poco, se pierde atención, rapidez de movimientos y agudeza visual. Todo eso se traduce en una cada vez más acentuada falta de atención, una menor capacidad de reacción y una mayor propensión a los despistes. La receta perfecta para sufrir un accidente laboral.

Un estudio, realizado en 2011 en la Universidad de Harvard, sobre la relación entre el insomnio y los accidentes o errores cometidos durante la jornada laboral, avala la importancia del descanso nocturno. Sobre una muestra de 10.094 trabajadores, el 20% presentaba insomnio, con una mayor incidencia en las edades comprendidas entre los 45 y los 64 años. El trabajo concluyó que la tasa de accidentes entre los trabajadores con insomnio fue tres veces superior a la de los que no tenían problemas de sueño. Además, se encontró que la incidencia de errores en el puesto de trabajo fue el doble en aquellos trabajadores con problemas de sueño con respecto a aquellos que no tenían dificultades para dormir durante la noche.

Algunos expertos hablan incluso de que cada hora y media de sueño que perdemos durante la noche supone un descenso del 32% de nuestro nivel de alerta durante el día. A todo hay que añadir que el riesgo se multiplica si se tiene en cuenta el gran número de personas que acuden a su trabajo en su propio coche. Hasta en el 30% de los accidentes de tráfico que hay en el territorio nacional, el sueño es un factor de riesgo directo o indirecto.

Y es que si el sueño está entre las necesidades básicas del ser humano es por algo. Morfeo es, sin duda, el mejor aliado para comenzar la jornada de trabajo bien descansado y sin sobresaltos.

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