Pídele al Olentzero unos zapatos de seguridad para fashionistas

Lecciones de seguridad
Pídele al Olentzero unos zapatos de seguridad para fashionistas

Los pies son una de las partes mas poco cuidadas de nuestro cuerpo pero realmente como todas tiene su importancia

Basta con pensar que son nuestra base y el medio de transporte más barato a nuestra disposición. Es vital, por tanto, cuidarlos y protegerlos, también en el entorno de trabajo.

Una lesión en esta zona puede causar una molestia temporal, pero también algo a largo plazo (roturas de dedos o esguinces) o definitivo (amputaciones).

Para evitar estos riesgos y minimizar estas posibles consecuencias está el calzado de seguridad. Así que no descartes pedirle a Olentzero unos buenos zapatos de protección, o de descanso o botas industriales… la variedad es tan grande como la tipología de trabajos. Incluso las marcas más fashionistas tienen un apartado para estos elementos de protección laboral.

Los pies están expuestos a caídas de objetos (algunos de ellos puntiagudos), impactos en el talón, atrapamientos, salpicaduras, descargas eléctricas, resbalones, rozaduras etc. Como norma general, sin entrar en tipologías, todos los expertos recomiendan que se use siempre calzado ligero, transpirable y con un diseño lo más ergonómico posible.

Aunque los encargados de elegir el modelo a implantar son la empresa previa consulta con los usuarios, conviene saber que existen tres tipos: el de seguridad, el de protección y el de trabajo. El primer grupo proporciona protección a todo el pie, con elementos de seguridad extra, como refuerzos de metal; el segundo, está ideado para zonas de menor riesgo y también ofrecen protección a toda la zona del pie, talón, dedos. Por último, el calzado de trabajo no lleva protección contra impactos en la zona de la puntera y busca evitar resbalones o pequeñas descargas eléctricas.

Como cualquier elemento diseñado para evitar riesgos, el calzado de seguridad tiene una vida útil. En este caso está relacionada con el tipo de actividad y ambiente en el que se use. Si presentan rasguños, las suelas se han quedado lisas o  cualquier otra anomalía, lo mejor es sustituirlas. Como cualquier otro tipo de zapato (o bota) hay que mantenerlo seco y limpio. No solo por prevención, sino también por higiene.

Stop resbalones

Las lesiones de pie más comunes no se producen por aplastamiento, heridas punzantes o laceraciones. ¿Entones? Los daños más habituales se producen por resbalones, y estos son consecuencia de no utilizar calzado antideslizante. El resultado: esguinces, fracturas y huesos rotos que pueden afectar lo mismo a un comerciante –que acumula muchas horas de pie-, que a un empleado de la construcción que no disponga zapatos con suelas de caucho o sintéticas con un factor de fricción elevado.

En sectores como la minería, la metalurgia o químico, unas buenas botas pueden alejar el peligro de quemaduras químicas y salpicaduras de metal fundido u otros materiales. También pueden salvar la vida a trabajadores de la construcción o a electricistas en contacto con este tipo de energía. Para ellos son adecuadas las botas cosidas, pegadas o muy bien vulcanizadas y sin  elementos metálicos que puedan ayudar a la conductividad. En entornos de electricidad estática, el calzado debe estar dotado de una suela externa con caucho conductor que facilite la salida de las cargas.

Sea el trabajo que sea, para ir con buen pie, elige siempre el calzado más adecuado.

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