Y tú, ¿cómo pisas?

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Y tú, ¿cómo pisas?

El Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (Icopcv) ha señalado que los problemas relacionados con los pies son uno de los más comunes en el desarrollo de la actividad profesional y motivo de un buen número de bajas laborales.

El Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (Icopcv) ha señalado que los problemas relacionados con los pies son uno de los más comunes en el desarrollo de la actividad profesional y motivo de un buen número de bajas laborales. No se trata solo de empleos relacionados con largas caminatas. Los pies de quienes pasan muchas horas sentados o en la misma postura también sufren lo suyo. El problema no es tanto el entorno laboral, como la forma en que cada uno los usa, algo que investigan, desde hace varios años, las grandes firmas de calzado deportivo.

Según el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV), con cada paso el cuerpo humano sufre el impacto directo sobre los ligamentos, huesos y articulaciones. A la larga, esto puede generar enfermedades y un sinfín de molestias. Por eso es muy importante elegir correctamente el tipo de calzado, tanto para trabajar, como para la vida diaria. Y aquí es básico saber si se es pronador o supinador.

La pronación es la tendencia a girar el tobillo hacia el interior, mientras que la supinación es hundir el pie en la zona exterior. En caso de duda, sólo hay que observar el desgaste de la suela de unas zapatillas usadas. Si el interior está más usado, se es pronador. Si el desgaste se concentra en la zona exterior, estamos ante un supinador. Puede ser que ambas partes estén igual de usadas, en cuyo caso, estamos ante una pisada neutra.

Estudio biomecánico

Algunos estudios apuntan a que siete de cada diez personas padecen una patología relacionada con los pies, lo que produce desde malestar al andar hasta problemas que afectan al esqueleto y, sobre todo, a la rodilla. Lo recomendable es realizar una prueba de la pisada o un estudio biomecánico. Ello ayudará a prevenir la aparición de lesiones musculares y osteoarticulares como los esguinces de repetición, metatarsalgias, fascitis plantares, espolones calcáneos, tendinitis, sobrecargas musculares, condropatías, basculaciones pélvicas…

En el caso de que se detecte que la pisada no es la adecuada, existen dos posibilidades. Se puede corregir a través de la mejora del trabajo muscular, con ejercicios y fisioterapia. tanto del pie como de las piernas. La segunda opción supone mejorar el apoyo contra el suelo con unas plantillas personalizadas. Eso sí, siempre realizadas por un profesional cualificado ya que, si uno de estos elementos se hace mal, se pueden causar más lesiones.

Ante cualquier duda, como en todo, hay que acudir el experto, en este caso al podólogo. Se trata del único profesional sanitario especializado en los pies, su diagnóstico y tratamiento. Dejar los pies en manos de quien no está cualificado solo traerá más problemas. Así que, ¡cuidado dónde pones el pie!

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