Cuando tú vas, yo vengo de allí. Salud y turnicidad

Lecciones de seguridad
Cuando tú vas, yo vengo de allí. Salud y turnicidad

El trabajo por turnos impacta negativamente en la salud de las personas trabajadoras. Influye de forma perjudicial en el control cognitivo. Según estudios realizados al respecto, la gente que trabaja a turnos demuestra una menor velocidad de procesamiento mental, unos niveles más bajos de alerta y concentración y una menor memoria de trabajo y de respuesta frente a los riesgos.

El trabajo por turnos impacta negativamente en la salud de las personas trabajadoras. Influye de forma perjudicial en el control cognitivo. Según estudios realizados al respecto, la gente que trabaja a turnos demuestra una menor velocidad de procesamiento mental, unos niveles más bajos de alerta y concentración y una menor memoria de trabajo y de respuesta frente a los riesgos.

Por lo tanto, las personas que deben de enfrentarse a esta alteración de horarios corre un riesgo mayor de sufrir un accidente laboral. Esto se debe a que sus ritmos circadianos se ven interrumpidos y cambiados, lo que altera también la expresión del cortisol y la melatonina, las dos hormonas que los regulan y que permiten la alternancia entre el sueño y la vigilia.

Se considera trabajo a turnos toda forma de organización del trabajo en equipo según la cual los trabajadores ocupan sucesivamente los mismos puestos de trabajo, según un cierto ritmo continuo o discontinuo. Lo que implica que las personas trabajadoras tengan que prestar sus servicios en horas diferentes en un periodo determinado de días o de semanas.

Las consecuencias sobre la salud incluyen enfermedades coronarias, cerebrovasculares, , problemas reproductivos y en el embarazo, depresión, síndrome metabólico, riesgo de cáncer, obesidad, trastornos inmunológicos y otros efectos como una mayor accidentabilidad.

Por todo lo anteriormente explicado, la organización de los turnos debe incluir como objetivo principal la protección de la salud de las personas trabajadoras y debe tener en cuenta que:

  • Los turnos deben respetar al máximo el ciclo de sueño, evitando que el turno de mañana empiece a una hora demasiado temprana.
  • Para calcular los horarios debe considerarse como variable la distancia entre el centro de trabajo y el domicilio de las personas trabajadoras.
  • Los turnos de noche y de tarde preferiblemente serán más cortos que los de mañana y nunca serán más largos.
  • Se debe intentar reducir, en la medida de lo posible, la carga de trabajo en el turno de noche. Programando solamente las actividades que se consideran imprescindibles e intentando evitar tareas que supongan una elevada atención.
  • En cuanto a los ciclos de rotación en la actualidad se tiende a establecer ciclos cortos, cambiando de turno cada dos o tres días para que los ritmos circadianos se alteren menos. Pero por el contrario con este sistema de rotación tan cambiante la vida de relación se hace más difícil.
  • Lo más beneficioso es adaptar el sistema de rotación a las necesidades individuales y contar con la participación de los interesados, que contarán con una información completa y precisa que les permita tomar decisiones de acuerdo a sus intereses y necesidades personales.
  • Es aconsejable aumentar el número de períodos en los que se favorezca dormir por la noche: por ejemplo, estableciendo los días de descanso después de hacer el turno de noche.
  • Se debe dar a conocer con suficiente antelación el calendario con la organización de los turnos para que las personas trabajadoras puedan organizarse.
  • Conviene disminuir el número de años que la persona trabajadora realiza turnos y es necesario también establecer una limitación de edad. La OIT recomienda que a partir de los 40 años el trabajo nocturno continuado sea voluntario.
  • Se deba hacer partícipes a los trabajadores y trabajadoras en la determinación de los equipos y mantener los mismos miembros en el equipo de manera que se faciliten las relaciones estables

 

 

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