¿Sabías que en el entorno laboral existe un vínculo entre el calor físico y el mental?

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¿Sabías que en el entorno laboral existe un vínculo entre el calor físico y el mental?

La temperatura en los espacios de trabajo juega un papel primordial, tanto en el bienestar de los trabajadores como en su salud, en el desempeño de sus labores e incluso en su productividad. Y no solamente eso, sino que un estudio realizado por la Universidad de Cornell, entre los trabajadores de una oficina de seguros, ha demostrado que también existe una relación entre el calor físico y el calor interpersonal.

Y es que cuando las personas sentimos frío físicamente, también es más probable que percibamos al resto del entorno laboral, compañeros incluidos, como menos generosos y cariñosos

La temperatura en los espacios de trabajo juega un papel primordial, tanto en el bienestar de los trabajadores como en su salud, en el desempeño de sus labores e incluso en su productividad, tal y como ya mencionamos en un post anterior.

Y no solamente eso, sino que un estudio realizado por la Universidad de Cornell, entre los trabajadores de una oficina de seguros, ha demostrado que también existe una relación entre el calor físico y el calor interpersonal. Y es que cuando las personas sentimos frío físicamente, también es más probable que percibamos al resto del entorno laboral, compañeros incluidos, como menos generosos y cariñosos.

Por el contrario, dicho estudio constata que cuando entramos en calor y dejamos de sentir frío, nos relajamos y tendemos a bajar la guardia, a la vez que nos sentimos más similares que el resto de compañeros que nos rodean.

Por tanto, la calidez física influye de forma directa en la calidez que percibimos del entorno a nivel interpersonal. Los psicólogos basan ese resultado en la forma en que está construido nuestro cerebro. La misma área del cerebro, la corteza insular, se activa tanto cuando percibimos la temperatura física, como cuando sentimos confianza y empatía hacia otras personas. De tal forma, que cuando experimentamos calidez, experimentamos a la vez confianza. Y viceversa.

Esto también tiene mucho que ver con nuestro instinto de supervivencia ancestral. Cuando nacemos estamos indefensos y debemos mantenernos cerca de nuestros padres o cuidadores para poder mantenernos vivos gracias a ellos y sus cuidados. Por ello, nacemos programados para buscar el calor. Y por eso también relacionamos el calor que nos genera un abrazo, con el sentirnos queridos y protegidos. Una conexión que con cada abrazo que recibimos se va fortaleciendo en nuestra mente. Por ello en el trabajo, inconscientemente asociamos una temperatura cálida con un entorno de confianza.

Una temperatura adecuada en nuestro lugar de trabajo puede potenciar buenas políticas de organización, influir en nuestra impresión sobre las personas que nos rodean en el entorno laboral y generar un clima de confianza y positivismo en el que los trabajadores conectemos mejor y formemos relaciones más significativas.

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