La ITV. Todo lo que debes saber para pasarla sin preocupaciones

En anteriores publicaciones ya hemos hablado sobre la importancia de la correcta manutención de un vehículo. Para priorizar vuestra seguridad, os recomendábamos incorporar a vuestra rutina una serie de hábitos para evitar riesgos en carretera: recuerda que observar y escuchar es importante porque podrás detectar averías y solucionarlas lo más rápido posible.

 

Teniendo en cuenta todo esto ¿Cómo podemos asegurarnos de que nuestro vehículo pase la ITV? ¡Dudas fuera! Si todavía no tienes claro qué es lo que van a revisar en la Inspección Técnica de Vehículos, quédate. ¡Te lo resumimos!:

1. IDENTIFICACIÓN DEL VEHÍCULO: La marca, el modelo del coche, el número de bastidor y la matrícula del vehículo. Todos estos datos tienen que coincidir con los que constan en la documentación oficial de tu coche. No te olvides de llevar la documentación original de la Tarjeta de Inspección Técnica y del Permiso de Circulación.

 

2. CARROCERÍA, CHASIS Y EXTERIOR: Cuidado con los defectos de oxidación y/o corrosión en elementos que afecten a los sistemas de seguridad de tu vehículo. Los limpiaparabrisas y las puertas tienen que cumplir con su completa función, y por supuesto, los cristales deben estar homologados. Si están deteriorados, es hora de que los cambies, no pasarás la revisión si el deterioro afecta a la visión. Y por último, recuerda de que la cinta de carrocero es verdaderamente útil para infinidad de cosas, pero no asegurará la correcta sujeción de tus retrovisores.

 

3. INTERIOR: Los asientos deben estar perfectamente sujetos a la carrocería. Los cinturones o son reglamentarios, o no superarán la prueba; no olvides que comprobarán su eficacia, y en caso de llevar sistemas de retención infantil, también se tendrán en cuenta. El funcionamiento del antihielo, antivaho, antirrobo y velocímetro se verificarán siempre.

 

4. ALUMBRADO Y SEÑALIZACIÓN: Los técnicos no olvidarán comprobar la orientación de las luces de cruce y carretera. También verificarán que los dispositivos de iluminación y señalización están correctamente homologados y que tu coche lleva el número reglamentario de luces (estando todas en perfecto estado).

 

5. EMISIONES: Las emisiones de tu vehículo no pueden sobrepasar los límites establecidos de acuerdo a su fecha de fabricación y al combustible utilizado. ¿Tu coche hace ruidos raros? Llévalo al taller, el equipo técnico de la ITV no podrá dejar que tu revisión siga adelante si el ruido supera a lo establecido por la legislación vigente. ¡Ten cuidado!

 

6. FRENOS: Un frenómetro de rodillos va a comprobar que la frenada de tu vehículo es superior a la mínima exigida. Los frenos deben estar en perfectas condiciones, desde el pedal hasta el bombín de la rueda. Por último, se comprobará que las ruedas de un mismo eje frenan con el menor desequilibrio entre ellas.

 

7. DIRECCIÓN: El volante, la caja de dirección, la timonería y las rótulas del mecanismo de dirección del vehículo no pueden tener holguras. Además, el estado y el funcionamiento de los mismos tiene que ser corre ¡Dirección a tu taller de confianza si tu coche no cumple con este punto!

 

8. EJES, RUEDAS, NEUMÁTICOS Y SUSPENSIÓN: El estado general de estos mecanismos tiene que ser correcto. Los neumáticos, en concreto, deben estar homologados para el modelo del vehículo. Los técnicos tampoco van a olvidar revisar los componentes de la suspensión, sus fijaciones, daños, fugas o protecciones.

 

9. MOTOR Y TRANSMISIÓN: ¿Tu coche tiene pérdidas de aceite? Revísalo antes de acudir a la ITV, porque se examinará el estado del motor, las pérdidas y el estado de sus anclajes, la batería, el depósito de combustible, las tuberías y los posibles fallos del sistema de alimentación. El sistema de escape, el estado de transmisión y sus posibles pérdidas también se inspeccionarán.

 

Esta información seguro que te sirve de ayuda para tomar nota y salir con matrícula en mano de tu próxima ITV, pero procura volverla a poner en el parachoques, ¡tu seguridad es lo primero!