Protege tu casa de los incendios de chimeneas

Vidas seguras
Protege tu casa de los incendios de chimeneas

Cuando el frío aumenta en esta época, no hay nada que apetezca más que sentarse junto a una chimenea encendida y disfrutar contemplando el fuego. Las chimeneas permiten calentar las viviendas de forma eficaz y agradable y nos conceden momentos de relax frente a ellas.

Cuando el frío aumenta en esta época, no hay nada que apetezca más que sentarse junto a una chimenea encendida y disfrutar contemplando el fuego. Las chimeneas permiten calentar las viviendas de forma eficaz y agradable y nos conceden momentos de relax frente a ellas.

Pero no debemos bajar la guardia, porque en ocasiones las chimeneas pueden originar incendios por diversas razones, si bien la mayoría de ellos suelen estar ocasionados por imprudencias. Según datos del servicio de extinción de incendios de la Diputación Foral de Bizkaia, solo en esta provincia se producen anualmente más de 60 incendios por chimeneas, pero tú puedes evitar que te pase siguiendo unas sencillas pautas de seguridad para su uso.

Nunca dejar la chimenea encendida sin vigilancia. No salir nunca de casa o meterse a la cama, sin apagarla bien. Puede avivarse el fuego y producirse un incendio, o una mala ventilación puede generar asfixia mientras se duerme. El fuego consume oxígeno y genera CO2.

Mantener una correcta ventilación de la habitación donde se encuentra la chimenea. Muy relacionado con el punto anterior. Una buena ventilación mejora el tiro, el movimiento natural del humo por el conducto y facilita la eliminación del monóxido de carbono.

Quemar materiales naturales, como agujas de pino, piñas, ramas pequeñas y troncos de leña. No quemes maderas tratadas con barniz o pintura, ni plásticos o basuras que puedan generar gases tóxicos. Usa madera seca y vieja, evitando especies blandas: como el chopo o el abeto. Si quemas madera sólida (como la de arce, roble o encina) disminuirá la cantidad de hollín y ceniza. No utilices troncos largos de más de 35 cm.

No usar líquidos inflamables como gasolina ni productos aceleradores de la combustión. Son volátiles, peligrosos y aumentan la posibilidad de incendio.

Encender el fuego correctamente. Comprueba que el tiro de la chimenea esté abierto y no lo cierres hasta que las brasas dejen de arder. Primero coloca la yesca en la base del fuego, luego coloca los pedazos de madera dejando un espacio para que el aire fluya debajo del fuego. Cuando la madera empiece a arder coloca con cuidado un par de troncos encima, evitando que salten chispas y brasas ardiendo. Después vete añadiendo nuevos troncos uno por uno.

Revisar la chimenea cada año y limpiar anualmente el conducto para el humo. Antes de encender la chimenea cada temporada, asegúrate de que está en buenas condiciones. Revisa el tiro y el escape y comprueba que no están obturados. Es importante eliminar la creosota (resina) adherida a las paredes del conducto, ya que puede prenderse y originar llamas dentro del conducto. Es aconsejable que un técnico profesional haga un mantenimiento anual.

Mantener un área de distancia de seguridad. No colocar mobiliario, alfombras, cortinas o telas cerca de la chimenea, porque pueden arder debido al calor. Hay que mantener un área despejada de 1,5 metros alrededor de ella.

Estar preparado por si surge una emergencia. Ten siempre a mano un extintor cerca de la chimenea. Aprende a utilizarlo y ten en cuenta su vida útil, reponiéndolo antes de que llegue a su fin. Si no se apaga inmediatamente llama a los servicios de emergencia o bomberos, al 112.

Instalar detectores de humo. Coloca detectores de humo en casa, salvo en la estancia de la chimenea. Es una excelente medida preventiva que puede salvarte la vida.

Recuerda haciendo un buen uso y siguiendo estas recomendaciones de seguridad básicas, no tienes por qué tener ningún tipo de problema con tu chimenea. ¡Disfrútala!

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