Comprueba y conoce tus herramientas manuales

Lecciones de seguridad
Comprueba y conoce tus herramientas manuales

Sea cual sea la herramienta elegida, siempre conviene hacer un buen uso que evite accidentes durante su manejo. Porque ya se sabe que “Hombre (y por supuesto mujer) precavido, vale por dos”.

En el día a día tanto laboral como en casa, es habitual el uso de herramientas manuales como martillos, mazos, cinceles, alicates, tijeras, sierras, cúter, cuchillos, hacas, destornilladores, limas… Sea cual sea la herramienta elegida, siempre conviene hacer un buen uso que evite accidentes durante su manejo. Porque ya se sabe que “Hombre (y por supuesto mujer) precavido, vale por dos”.

Las herramientas manuales son utilizadas en una gran cantidad de actividades laborales, por lo que saber manejarlas correctamente se vuelve clave para evitar situaciones desagradables innecesarias. De hecho, según Osalan los accidentes producidos por las herramientas manuales son una parte importante del número total de los accidentes de trabajo de carácter leve.

En concreto, las herramientas producen aproximadamente el 7% del total de los accidentes de trabajo y el 4% de los calificados como graves. Y siendo todavía más precisos, el 85% de ellos se debe al uso de herramientas manuales. Los golpes y cortes en las manos, las lesiones oculares, los microtraumatismos por despido de la herramienta, las quemaduras o los golpes a otros compañeros son algunos de los riegos principales que se corren. ¿La mejor solución? Fomentar la cultura de la prevención.

El primer consejo es sin duda elegir siempre la herramienta adecuada para cada tarea según el trabajo asignado. Es fundamental usar las herramientas sólo para el uso para el que están destinadas, evitando utilizarlas en otros trabajos para los que nos han sido concebidas. Jamás se debe por ejemplo usar un cuchillo como palanca o un alicate para golpear como si fuera un martillo.

Segundo consejo importante: las herramientas deben estar en buen estado y ser aptas para su uso. Siempre hay que revisar que todos sus componentes no tienen ninguna deficiencia. Un mango astillado o suelto, una herramienta de corte mal afilada, una boca deformada, una herramienta oxidada… pueden traernos muchos problemas.

En esta misma línea, nuestra tercera recomendación es realizar un buen mantenimiento de las herramientas, realizando revisiones periódicas, reparándolas inmediatamente siempre que tengan algún defecto o sustituyéndolas por otras nuevas más adecuadas. El efecto de una mala reparación provisional puede ser nefasto.

Sin embargo, de nada valdrán todas estas precauciones si no se guardan siempre las herramientas en un lugar seguro y adecuado como una maleta de herramientas, paneles en la pared… Almacenarlas de manera correcta evitará que otros operarios pueden sufrir accidentes si se tropiezan con ellas durante sus funciones, así como una mejor limpieza y conservación que alargará su vida útil.

Por último, siempre es conveniente que conozcamos cuáles son las herramientas indicadas para cada tarea y cuál es su correcto uso. Entre otras cosas, lo ideal es que sepamos cómo transportar las herramientas de forma segura (por ejemplo, para subir una escalera deben ir en una cartera o en una cartuchera fija y no en los bolsillos) y qué equipos de protección son necesarios para nuestra propia seguridad (guantes, gafas, máscaras, pantallas etc.), así como sus cuidados.

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