Más vale resguardar que llorar. Uso seguro de los resguardos. Clasificación

Lecciones de seguridad
Más vale resguardar que llorar. Uso seguro de los resguardos. Clasificación

Como ya hemos explicado en publicaciones anteriores la mayoría de los atrapamientos están relacionados con el uso de máquinas o equipos de trabajo mecánicos. Cuando los elementos móviles de estas máquinas o equipos de trabajo puedan entrañar riesgos deberán ir equipados con resguardos fijos o móviles y/o dispositivos que impidan el acceso a las zonas peligrosas o que detengan las maniobras peligrosas antes del acceso. ¿Cómo deben ser esos resguardos y cómo se clasifican? Sigue leyendo que te lo contamos.

Como ya hemos explicado en publicaciones anteriores la mayoría de los atrapamientos están relacionados con el uso de máquinas o equipos de trabajo mecánicos. Cuando los elementos móviles de estas máquinas o equipos de trabajo puedan entrañar riesgos deberán ir equipados con resguardos fijos o móviles y/o dispositivos que impidan el acceso a las zonas peligrosas o que detengan las maniobras peligrosas antes del acceso. ¿Cómo deben ser esos resguardos y cómo se clasifican? Sigue leyendo que te lo contamos.

Los resguardos deben garantizar la protección mediante una barrera material, evitando que cualquier parte del cuerpo de la persona trabajadora alcance una zona peligrosa. Deben impedir el acceso a esas zonas peligrosas y/o a los elementos móviles.

Las herramientas deben estar protegidas mediante algún resguardo que asegure la inaccesibilidad a la misma a excepción de la parte imprescindible para el mecanizado y los mecanismos de transmisión también deben estar correctamente protegidos mediante su correspondiente resguardo o carenado fijo.

Para garantizar esa inaccesibilidad a las partes peligrosas de la máquina o equipo, los resguardos deben dimensionarse correctamente y estar adecuadamente ubicados. De tal forma que sea imposible acceder a la zona o elemento móvil peligroso, ni por encima, ni por debajo, ni por los laterales, ni por detrás, ni a través…

Los resguardos pueden ser de tres tipos:

  • Fijos: Estos resguardos no pueden moverse de su posición. Están fijados o cerrados, bien de forma permanente (tipo soldadura) y no pueden retirarse, o bien con elementos de fijación (por tornillos, …) que impiden que puedan ser retirados o abiertos sin el empleo de una herramienta.

Este tipo de resguardos pueden ser:

envolventes: que encierran completamente la zona peligrosa)

distanciadores: que no encierran totalmente la zona peligrosa, pero por sus dimensiones y/o distancia a la zona impiden el acceso.

  • Móviles: Son resguardos articulados o guiados que si pueden retirarse o abrirse sin tener que utilizar herramientas. Para garantizar la protección necesaria deben asociarse con un dispositivo de enclavamiento, que cuente con o sin bloqueo.
  • Regulables: Estos resguardos pueden ser fijos o móviles y pueden ser regulables en su totalidad o incorporar partes regulables. Se utilizan en una zona con riesgo durante una operación determinada y permanecen en ella ese tiempo ajustando su posición, de forma manual o automáticamente mediante un reglaje autorregulable. En estos casos, el dimensionamiento de los resguardos exige valorar conjunta e integradamente su abertura o posicionamiento y la distancia a la zona de peligro.

Las operaciones de control y mantenimiento, en la medida de lo posible, se intentarán realizar a través de los resguardos.  Los resguardos deben permitir las intervenciones indispensables para la colocación y/o sustitución de las herramientas, así como para los trabajos de mantenimiento, en condiciones de seguridad. Para ello el acceso para realizar este tipo de tareas debe limitarse exclusivamente al área en la que debe realizarse el trabajo y si es posible realizarlas sin desmontar el resguardo o el dispositivo de protección establecido.

 

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