¿Sabías que el semáforo tiene más de 106 años?

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¿Sabías que el semáforo tiene más de 106 años?

La llegada del semáforo fue toda una revolución y una gran contribución universal que ayudo a mejorar de gran manera la seguridad vial en las carreteras y que desde entonces lleva salvando la vida de miles de conductores y peatones en el mundo. Pero ¿sabías que ya hace 106 años desde que el primer prototipo se instaló? ¿Sabes dónde? Pues si la curiosidad se te ha despertado, aquí te contamos todos los detalles para que puedas apaciguarla.

La llegada del semáforo fue toda una revolución y una gran contribución universal que ayudo a mejorar de gran manera la seguridad vial en las carreteras y que desde entonces lleva salvando la vida de miles de conductores y peatones en el mundo. Pero ¿sabías que ya hace 106 años desde que el primer prototipo se instaló? ¿Sabes dónde? Pues si la curiosidad se te ha despertado, aquí te contamos todos los detalles para que puedas apaciguarla.

El primer semáforo de la historia se instaló el 5 de agosto de 1914, en la ciudad estadounidense de Cleveland, en el cruce de la calle 105 con la calle Euclides, las dos calles que más tráfico tenían en la ciudad. En aquella época, eran las calles de las ciudades de Estados Unidos las que más tráfico soportaban en el mundo.

Por ellas circulaban carros y carretas tiradas por caballos junto a automóviles recién inventados. Todos compartían caminos, carreteras y cruces y hasta la llegada del semáforo, eran los policías de tráfico los encargados de poner orden en aquel caos y organizar el tránsito de todos los vehículos en las intersecciones.

Antes del invento del semáforo eléctrico hubo otros inventos y amagos de semáforo que usaban señales luminosas para organizar la conducción. Uno de los prototipos que se recuerda fue una lámpara de gas que basaba su funcionamiento en las señales ferroviarias que se utilizaban en aquel entonces. El artilugio tenía dos brazos que se levantaban para indicar el sentido que tenía que detenerse, e incorporaba lámparas de gas de colores rojo y verde para su uso nocturno. Pero era de uso manual, por lo que era necesario que un policía de tráfico lo contralase y moviese.

Se instaló en Londres en el año 1868 y durante dos meses estuvo funcionando, pero se trataba de un artefacto muy peligroso y muestra de ello fue que, dos meses después de instalarlo, explotó causando la muerte del policía que lo manipulaba.

Por cierto, una última curiosidad, el primer semáforo, a diferencia de los actuales, no tenía tres luces. Solamente tenía dos luces: una roja y una verde. Hasta que, en 1920, William Potts, un oficial de policía que ya había diseñado varios modelos de semáforo, añadió la luz amarilla. Desde entonces la seguridad al volante fue aún mayor, al poder prever con tiempo el cambio de luz.

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