9 acciones clave para crear un clima de responsabilidad en una organización

El clima de responsabilidad de una organización viene determinado por la suma de muchas variables diferentes. Si una organización quiere potenciar y mejorar su clima de responsabilidad sus responsables deberán tomar una posición activa y fomentar acciones que ayuden a alcanzarlo. ¿Quieres saber cómo? Aquí tienes 9 acciones que ayudaran a crearlo.

El clima de responsabilidad de una organización viene determinado por la suma de muchas variables diferentes. Si una organización quiere potenciar y mejorar su clima de responsabilidad sus responsables deberán tomar una posición activa y fomentar acciones que ayuden a alcanzarlo. ¿Quieres saber cómo? Aquí tienes 9 acciones que ayudaran a crearlo.

Como hemos comentado ya anteriormente, la responsabilidad es uno de los componentes más importantes de la cultura preventiva. Pero la responsabilidad no es un concepto que deba ser asumido y construido solamente por los líderes, sino que debe ser algo que abarque a todos los componentes de la organización.

El objetivo a conseguir es crear un buen clima de responsabilidad global que convierta a todas las personas en partícipes de la seguridad del equipo. Pero ¿cómo lograrlo? Te damos nueve claves que contribuirán a potenciarlo.

1. Asumir un liderazgo participativo y prestar especial atención a las opiniones de todos los miembros de la organización. Permanecer receptivos en todo momento a las sugerencias, demandas y quejas de las personas trabajadoras. La escucha activa es la mejor herramienta para generar el clima de confianza necesario
2. Generar un ambiente de confianza. Donde la comunicación entre todos los miembros pueda resultar fluida. La transparencia, la integridad y la coherencia entre el discurso y las acciones son pautas que ayudan a crear la confianza necesaria para que las personas trabajadoras puedan aportar su visión respecto a cuestiones de seguridad.
3. Adoptar las sugerencias y divulgar los buenos resultados obtenidos gracias a ellas. Esto hace que las personas trabajadoras se sientan escuchadas, más participes e importantes y se impliquen aún más en la seguridad y el bienestar de la empresa.
4. Dar ejemplo en todas las actuaciones, utilizando los EPIs específicos al acceder a los distintos ámbitos de trabajo y respetando siempre las normas de prevención.
5. Fomentar que cada persona actué de manera responsable. Cuando una persona actúa responsablemente está invitando al resto de personas a hacer lo mismo.
6. Realizar un refuerzo positivo centrando siempre la atención en la comprobación de los elementos a considerar para que la actividad sea segura. Corregir las conductas inadecuadas, ofreciendo otras alternativas más seguras. Los directivos deben conocer los márgenes de actuación de cada situación y orientar a las personas trabajadoras en la dirección correcta para que actúen de la manera más segura.
7. No se deben de utilizar las reprimendas o castigos como herramienta de mejora. Sino otorgar márgenes libres de actuación que propician las alternativas y la exploración de las mismas puesto que no existe la paralización por miedo a las sanciones. Realizar una correcta gestión de la responsabilidad, enfocada al agradecimiento o reconocimiento, ayudará a que las personas trabajadoras reporten los incidentes de una manera más sincera y se establecerá un clima de responsabilidad más real.
8. Comprobar que los trabajos y actividades se realizan con las mayores medidas de prevención. Visitar con frecuencia los lugares de trabajo para hablar con los trabajadores y trabajadoras, y establecer un diálogo que facilite mejoras. Promover y participar en reuniones periódicas para tratar temas de seguridad y salud laboral.
9. Potenciar la formación. Dotar a las personas trabajadoras de una formación y una educación preventiva que favorezca un clima de responsabilidad para que en situaciones donde existe riesgos graves se prime siempre la adopción de medidas preventivas y comportamientos conservadores frente a otro tipo de actuaciones.