La importancia de los objetivos y valores de una organización para lograr una buena cultura preventiva

Lecciones de seguridad
La importancia de los objetivos y valores de una organización para lograr una buena cultura preventiva

Las empresas tienen como claro objetivo el beneficio económico, sin embargo, ese no debe ser su único objetivo, sino que deben definir sus objetivos en varios ámbitos, sin dejar olvidar la importancia que tienen los objetivos en relación a las personas, las relaciones laborales y la atención a la normativa de seguridad y salud. Es hora de priorizar esos objetivos frente a los meramente económicos y configurar la seguridad como una propiedad emergente de las empresas.

Tercer atributo de la saga de los 10 Componentes de la Cultura Preventiva: Objetivos y Valores

Las empresas tienen como claro objetivo el beneficio económico, sin embargo, ese no debe ser su único objetivo, sino que deben definir sus objetivos en varios ámbitos, sin dejar olvidar la importancia que tienen los objetivos en relación a las personas, las relaciones laborales y la atención a la normativa de seguridad y salud. Es hora de priorizar esos objetivos frente a los meramente económicos y configurar la seguridad como una propiedad emergente de las empresas.

Definir los objetivos y valores de una empresa, y conseguir hacerlo de manera clara y contundente, puede ayudar a que trabajadores que aún no han definido sus propios valores lo hagan. Y también puede facilitar la adaptación mutua y progresiva entre empresa y trabajadores. Al fin de al cabo es en el día a día donde verdaderamente se manifiestan y expresan los valores y donde se confirman cuales son valores reales de una empresa.

Es por ello que se debe establecer un patrón de referencia claro en la organización que ayude a que todas las personas trabajadoras sepan reconocer que actuaciones se consideran aceptables en el desempeño del trabajo y cuales no serán bien vistas o recibidas.

Es esencial que los valores de la empresa y los de las personas que trabajan en ella tengan puntos en común, puesto que eso evitará discrepancias que generen disfunciones en la producción, que alteren las relaciones y que sean la base de potenciales conflictos.

La inclusión de la Seguridad, la Salud y el Bienestar en los objetivos debe evitar las limitaciones en objetivos meramente reactivos, como son los niveles de siniestralidad laboral. Puesto que, en esos casos, el desarrollo de una autentica Cultura Preventiva se vería limitada porque:

-Los accidentes pueden no ser representativos de la totalidad del sistema. En este caso se mediría la Seguridad por situaciones que pueden ser muy puntuales. La seguridad se valoraría desde un punto de vista lejano de ausencia de seguridad y no cómo una propiedad a mejorar.

-Si la actuación preventiva depende únicamente del registro de accidentes, en aquellas empresas que no hubiese accidentes no se realizarían actividades preventivas y se caería en la autocomplacencia.

-Sería poco ético, esperar a tener accidentes para desarrollar acciones preventivas. Puesto que la prevención debe mejorar las condiciones de trabajo hayan existido o no accidentes previos.

-La inclusión de indicadores proactivos, como pueden ser los resultados de las acciones de comunicación, de las mejoras de diseño, de las observaciones preventivas…, permitiría a la organización profundizar en la mejora preventiva sin tener que sufrir accidentes o incidentes indeseados.

– Si consideramos que la organización debe anticiparse a los peligros futuros, difícilmente podría hacerlo si lo único que mide es el desempeño pasado.

Por lo tanto, se debe actuar estableciendo objetivos en equipo. Consultando, en la medida de lo posible, a las personas implicadas en el proceso, ya que pueden aportar conocimientos o experiencias esenciales para las tareas a realizar. Se debe Incentivar la participación.

También se deben identificar los valores de los trabajadores y definir claramente los de la empresa. Es muy importante conocer los valores de las personas con las que se trabaja puesto que en la medida que los valores de los trabajadores y de la propia empresa tengan puntos de encuentro, se puede potenciar la mejora de relaciones, la satisfacción, la motivación, la productividad y reducir la producción de conflictos.

Es importantes adaptar los mensajes a las direcciones valiosas a seguir de las personas trabajadoras. Puesto que los valores establecen pautas de destino, pero no son el destino en sí. Nos marcan direcciones a seguir, pero es necesario dejar la puerta abierta a las posibles desviaciones de esas pautas. En casos así, se podrá volver a la dirección valiosa establecida con el aprendizaje obtenido durante el proceso.

Y siempre es esencial poner en perspectiva el trabajo versus la familia. Se deben aplicar los valores familiares a la cultura preventiva. La prevención no se debe enfocar como algo que solo afecta al entorno laboral, sino que se debe vincular a la vida familiar. Debemos cuidarnos por nuestro propio bien y por el bien de todos aquellos que nos quieren. Implicar a los seres queridos en acciones o actividades preventivas ayudaran a recalcar el mensaje en la mente de todas las personas trabajadoras de la empresa.

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